martes, 20 de diciembre de 2011

No llames a casa



Barcelona en la actualidad. Bruno, Raquel y el hermanastro de ésta, Cristian, parecen haber dado con el negocio que les sacará de la miseria.
Ya los ha rescatado de dormir en parques y cajeros automáticos.

Bruno controla el negocio.
Su novia, Raquel, ex toxicómana, lleva la contabilidad y Cristian, el trabajo de campo.
Es un negocio tan limpio y sencillo que es increíble que no se le haya ocurrido a nadie antes. Se apostan alrededor de las casas de citas donde las parejas acuden de día y de noche.
Al salir, las siguen y si han venido en coche apuntan las matrículas.
Hecho esto consiguen quién es el titular del vehículo, datos y teléfono.
Después llaman y ponen precio a su silencio.
Los chantajes no siempre salen bien, pero la mayoría sí.
Tienen problemas, alguna paliza y otros inconvenientes, pero aquello da dinero rápido y fácil. Todo marcha bien.

Merche y Max son amantes.
Hubo un tiempo en que ambos estuvieron casados.
Max está separado.
Merche sigue con su marido y sus dos hijos menores.
Pero la relación ha cambiado desde entonces.
Se ha enfriado.
Max lo nota, pero Merche lo niega.
Una tarde ambos acuden a un local de alquiler de habitaciones.
Y Cristian sigue a Max hasta el coche y anota su matrícula.
El juego ha empezado.
¿De qué somos capaces por alcanzar la felicidad?

La nueva novela de Carlos Zanón tras Tarde, mal y nunca (que en los próximos meses se publicará en Italia, Francia, Holanda y EE.UU.) es una escalofriante historia de pasión y muerte en la Barcelona de hoy en día.

A la venta el 12 de enero de 2012.
Publica RBA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario